Abstemia primaveral

marzo 3, 2008

Sí, ya sé que es astenia -ya sabéis que yo de abstemio poco-, pero había que quitarle hierro al asunto de alguna manera, ¿no? El caso es que el motivo de mi comeback-no comeback no es otro que me ha entrado la depre primaveral. A mí, persona contenta y feliz por naturaleza que, como dice Piscu, necesita un drama al año para por lo menos ser feliz y estar a la altura de los demás. “Y si no lo encuentras, te lo creas tú mismo, te da igual”. Pues mira, puede que tenga razón. En el fondo tengo pocos motivos para ser infeliz, no nos vamos a engañar. Tengo trabajo –de lo mío, que es si cabe más complicado–; tengo amigos que me quieren y me apoyan en todas mis locuras –que eso también es complicado– a los que yo también quiero con locura y con los que me divierto muchísimo; no tengo que preocuparme de cazar, porque puedo hacer la compra en el supermercado y vivo en una casa preciosa, con una ducha de hidromasaje (un poco timo, pero de hidromasaje al fin y al cabo) y una cocina de muebles granates y electrodomésticos en acero. Supuestamente todo lo que hace falta para ser feliz, Wii incluida.

Pero muchas veces, el ahogamiento, la ansiedad y el temor se instalan en tu vida. Muchos cambios juntos, algunos muy gordos, muy rápido. Nuevo trabajo, nueva casa, nuevo horario. Trabaja hasta las 19.30 y cuando salgas, si te quedan ganas, ve a hacer la compra, friega o limpia los platos. Se hace evidente que necesitamos un asistente en casa, o eso o me muero, porque no hay nada que me horrorice más que llegar derrengado a casa y ponerme con el mocho. Encima se acerca mi época del año más odiada, la primavera. Me da igual que los días sean más largos, que haga calor y que nos podamos despojar del abrigo. Este año no he tenido suficientes días lluviosos en los que sentarme frente a la ventana y ver cómo se moja la gente que anda por la calle, mientras yo estoy calentito en mi casa. Este año no he tenido válvulas de escape suficientes, que me permitan relajarme y empezar esta nueva temporada con ganas.

Ahora estoy intentando volver a hacer las paces conmigo mismo y con todo lo que me rodea. Normalmente estas cosas me llevan unos días, en torno a una semana. Es estresante, porque me tengo que despojar de algunas cosas y agenciarme otras, pero es lo que hay. Ya veremos cuál es el parte de víctimas. Que mientras no sea yo mismo, todo habrá ido bien. O no.

[Mood: angry.gif Pues eso.]
[My iPod says: Hallelujah – Rufus Wainwright]


Actualizaciones varias

enero 22, 2008

Al final no ha llegado la sangre al río y mi salida de esta empresa está siendo más tranquila de lo que yo esperaba. Si bien mi jefe ha dejado de dirigirme la palabra, seamos sinceros: no me la ha dirigido regularmente nunca. Pues ahora menos. Pero la verdad es que no me importa, que yo me voy muy contento y con un buen recuerdo de aquí.

El sábado por la mañana, cuando me levanté después de la juerga, decidí pesarme. Es que tengo un poco de come-come con todo esto, de los nervios y eso de saber cómo será el nuevo trabajo y si daré la talla. Vamos, las cosas normales que suceden cuando cambias de curro. Así que quiero comprobar cuánto peso voy a perder en estas semanas, porque se acercan curvas: los nervios siempre se me agarran al estómago y como mucho menos y todo, así que al final me termino quedando en el espíritu de la golosina, como si lo viera. Me vendrá bien, que en los últimos meses veo que estoy cogiendo un poco de peso. A esto le uno la cosa de que debería ya de verdad apuntarme al gimnasio, que lo llevo diciendo desde hace años. Así que nada, en cuanto tengamos nueva casa, prometo apuntarme.

Lo de la nueva casa sí que está siendo un verdadero drama con todas sus consecuencias. Somos incapaces de encontrar algo que nos quede bien y todo, así que no sé yo cómo va a terminar. Encima, estas dos semanas Ann no está aquí, así que no sé yo si al final no terminaremos de puta pena viviendo debajo de un puente. Lo peor es que el miércoles vimos lo que viene siendo la mejor casa de todos los tiempos del mundo mundial, una que nos encantaba a los dos, con sitio para aparcar y a tres paradas de Sol. Pues resulta que a la dueña debimos de parecerle yonkis, invertidos (bueno eso sí), borrachos (eso también, aunque sólo yo y fuera de casa) y todo tipo de cosas feas porque el viernes, después de haber estado todo el día en la ignominia esa con forma de feria llamada Bread & Butter Barcelona, de la que volví lo que viene siendo hecho un puto trapo después de un día agotador; me llamó la tía para decirme que nanai. Yo esperaba que fuese el día perfecto, trabajo nuevo y casa nueva, pero no. Hay que joderse.

Así que nada, a seguir buscando casa. Por suerte ayer me pasé por las rebajas por cuarta o quinta vez este mes y encontré un abrigo precioso, de mi talla y rebajadísimo que había sido incapaz de encontrar con anterioridad. Es el momento perfecto para ir de compras, chicos (y chicas). Las tiendas están ya de saldos, poniendo las cosas de la nueva temporada y lo poco que queda está a súper buen precio. No os digo más.

Vaya chapa que os acabo de meter. Mañana más.

[Mood: bouncy.gif Con un montón de estrés, qué os voy a decir…]
[My iPod says: Elk city – Cherries in the snow (vaya temazo!)]


Se ve a la legua que sois unos pringaos

enero 9, 2008

Resulta que el sábado estuve en la fiesta de despedida de un amigo mío que se marcha a vivir a Berlín (que me da una pena que no os la podéis ni imaginar, porque entre otras muchas cosas es uno de los amigos a los que más quiero y un gran partner para el Ochoymedio), así que organizamos unos vinos y cañas para celebrarlo. Nada de despedidas, que además volverá en breves por unos temas y unas cosas que ya iríamos comentando. Total, que estábamos en El Naranja todos de risas y tal y viene un amigo mío (diferente) al que llamaremos E. porque me ha pedido por favor que suprima su nombre real de toda esta historia.

A lo que íbamos, que viene y me dice que le ha cogido una poquita de marihuana a su novio y que le apetece fumársela, pero que no puede porque no sabe liarse un porro. Yo no es que sepa liarme porros, pero en Bélgica, cuando me quedaba sin dinero, fumaba tabaco de liar, así que tengo certain skills en la materia. Le digo que sí y cogemos nuestras chaquetas para irnos a la calle.

Mientras caminamos hacia un rinconcito, bromeamos con la posibilidad de que nos pille la policía y después con lo bien que nos va a sentar el porro. «Yo no voy a tomar», digo desde un principio. «¿Y eso? Venga, anda, dale un par de caladas», me dice él. «No, no, no… me sienta fatal, me da mucha tos y no me gusta nada. Yo te lo hago y veo cómo te lo fumas». Así que nos disponemos a hacer el porro, ya sabéis, as usual, como dos perroflautas más. Cuando voy por la mitad, aparece un coche de policía. «Oye, oye, la poli!» me dice E. Como somos novatos e inexpertos en la materia, nos ponemos nerviosos, yo escondo como puedo el porro y nos quedamos los dos mirando al coche de policía del palo «sí, estamos haciendo algo ilegal». Como unos verdaderos tolais.

El coche de policía se para en plena calle. «¿Sabéis que está prohibido consumir en la vía pública?». Yo hago un esfuerzo «No, no lo sabíamos». «¿Qué más lleváis?». «Nada». «No me lo creo», y aquí casi me entra la risa. Pues regístreme, señor agente, si soy niñomilagro, no puedo tomar drogas… ¡y ni siquiera me estaba liando este porro para mí!, pensé, aunque no llegué a decirlo. Pues el agente, ni corto ni perezoso, se baja del coche y me pide que me saque todo de los bolsillos.

Yo obedezco, que a la autoridad hay que tenerla contenta, mientras rememoro la cantidad de veces que me he pajeado viendo escenas de porno similares, en las que al final el detenido, el policía o ambos terminan sodomizados y disfrutando como perrillas. Esta escena tiene bastante menos erotismo y radicalmente menos gracia, que a mí ya me empiezan a temblar las piernas. Me saco todo de los bolsillos y el tío me registra cosa por cosa. «Si te encuentro algo, te voy a tener que denunciar». Y yo a punto de decir «busca, busca, que si lo encuentras el primer sorprendido voy a ser yo», pero mejor me callé, no vaya a ser. Estuve a un tris de contarle la historia tal y como era, tal y como os la estoy contando a vosotros, pero no me iba a creer porque tengo cara de drogota (en las discotecas siempre me piden de todo o me preguntan quién vende) así que me callé por segunda vez.

El poli me registra la cartera y el otro registra a E. Nos preguntan si hemos estado detenidos alguna vez (por favor, ¡si soy un ciudadano ejemplar!) y me informan de que si me denuncian, la multa puede ser de 300€. Hubiese sido divertido haber tenido que pagar 300€ por liarle un porro a un amigo, desde luego. Después de verificar que en mi cartera sólo hay tarjetas de crédito, un DNI electrónico de los nuevos, un carné de conducir, poco dinero y muchos tickets de los regalos de Navidad y quedarse mirando fijamente a mi móvil rosa como dándose cuenta por primera vez de la situación, empezamos con mi cuerpo. Bolsillos, paquete, torso, zapatos… El tío lo quiere ver todo, que no se cree que yo no sea un drogota. Guay, no tengo nada que esconder y todo lo que ha encontrado y que podría parecer droga es una pastilla de Fortasec perdida en mis bolsillos (?).

Los tipos terminan de registrarnos y se quedan un poco con cara de «vaya rollo, hemos perdido un tiempo precioso». En esto que veo que Kurai ha presenciado toda la escena porque he quedado hace cinco minutos con él, así que le hago señas con la cabeza para que entre al bar, que ya si eso me reuniría con él. Él pone cara de «no entiendo nada» y se marcha. Cuando le conté la historia, más adelante, las carcajadas fueron monumentales. Bueno, que ya acabamos: al final los maderos deciden dejarnos ir sin multa ni nada, porque… ¿qué es lo que se ve a la legua? Pues que somos unos pringaos, está clarísimo.

Definitivamente, me pregunto si la policía no tendría nada mejor que hacer que registrar a dos tolais que se están haciendo un porro. Porque vaya cantidad de tiempo perdido, amiguitos. Así que ya sabéis, queridos niños: si queréis fumar algo ilegal, que sea en vuestra santa casa.

[Mood: embarrased1.gif Hasta el **** de mi jefa]
[My iPod says: Triángulo de Amor Bizarro en bucle, para el concierto del viernes]


La cuesta de enero

enero 3, 2008

Es el primer año que vivo las Navidades como persona independiente de mis padres, y he de decir que vaya mierda. Ahora sí que sé lo que es una cuesta de Enero como Dios manda. A mí el período navideño como tal, el rollo de las cenitas, las comidas, las bebidas con los amigos, las luces de Navidad y el ambiente en general me encanta, en contra de lo que opina 90% de la población, a quienes las Navidades les deprimen, les aburren y les causan estrés post traumático. A mí, todo lo contrario. Lo primero porque hace frío, que me parece un motivo más que suficiente para estar contentos (no aguanto el calor), lo segundo porque hay vacaciones y lo tercero porque es una época que mola y ya está. Ya sé que es impopular decir que te gustan las Navidades, pero a mí plim.

A lo que íbamos: por primera vez este año, conozco qué es una cuesta de enero en toda regla. Pedirles los regalos para mi familia a los Reyes (en mi casa somos más de Reyes que de Papá Noël, todo hay que decirlo) me ha salido por un ojo de la cara. Que todos sabemos que los Reyes son Magos pero no ricos, y yo casi lo soy menos que ellos. Así que me he dejado una pasta encargando cosas, más la que me espera, porque mi hermana ha pedido una mitad y yo otra, y no sé cómo se las apaña pero al final siempre debo panojas.

Entre eso y que me he dejado un pastizal en salir y eso, se me avecina un mes de enero de mearme de la risa. Y de quedarme en casa, tapado de pies a cabeza con una manta y cenando galletas de arroz. Pero bueno, qué le vamos a hacer. ¿Por qué a nadie se le ocurrió poner una paga extra más en enero? A mí me vendría de perlas.

Por suerte, a mi novio (sí, ya podemos hablar oficialmente de noviazgos y todo) el Olentzero (así de suyos son en Euskadi) le ha traído una Nintendo DS, que debidamente complementada con un accesorio que todos conocemos, va a ser nuestra salvación de diversión para este enero tan duro que nos espera.

Y encima me tengo que poner a buscar piso (y trabajo nuevo). Vaya chapa.

[Mood: silly1.gif Y mañana viernes otra vez. Qué pasote…]

[My iPod says: Of Montreal – Heimdalsgate Like a Promethean Curse]


I’m a TV star

diciembre 17, 2007

Qué vergüenza todo, en serio. Estoy que no sé si cerrar el blog e irme de retiro al Tíbet, porque lo estoy pasando fatal. Sí, el viernes pasado fue mi espectacular programa de Identity, que todavía no he visto al completo, y qué vergüenza os lo digo en serio. Aquí voy a aclarar un par de cosas:

1. No, no sé dónde está Almagro. No es que no lo sepa, es que llega un momento que estás allí y no sabes lo que dices, y con los nervios y todo sueltas lo primero que te viene a la cabeza. Lo siento, gentes de Almagro.

2. No soy naranja. Me refiero a mi color de piel, no soy un Simpson. No sé qué me hicieron en maquillaje, pero vaya tela la muchísima base que me pusieron. Yo soy muy blanquito (fijaos en mis manos) y la tipa decidió ponerme doce tonos más en la cara. A plató Cuatro en Alicante.

3. También sé dónde fue la Batalla de Lepanto. Para una explicación de esto, ver el punto 1.

4. Sí, yo también pienso que las despedidas de soltero son una gañanada.

5. No estoy ni de lejos tan gordo. Yo creía que eso de que la tele te engordaba era una falacia, pero no. Por favor, esos mofletes, ¿de dónde salieron?

6. Normalmente llevo los pantalones más abajo, pero tenía terror a que se me saliera la camisa y tuviese que metérmela en mitad del programa. Así que hay un momento que parezco Marcial Ruiz Escribano.

7. Lo de la anciana esa que me dice la respuesta, en el programa quedó precioso. ¿Qué pasó en realidad? Que casi se muere en el plató. De hecho, porque la sujetó la chica que estaba a su lado, porque hay un momento en que el público grita que casi se cae del pedestal. Un cuadro.

8. Ann dice que nuestro nivel de heterosexualidad fue bajando a medida que avanzaba el programa. Doy fe, vaya plumón que soltamos en ocasiones, en serio.

9. Piscu no es que esté mono, es que está monísimo. Él lo es ya de por sí, pero qué bien le sienta una cámara al cabrón, qué envidia.

10. En la vida real somos igual de payasos o incluso más, pero tenemos bastante más gracia, en serio.

11. Que lo sepáis: la gente me reconoce por la calle. Es muy fuerte.

12. Pues eso, que me fui como vine. Ni un euro más ni un euro menos en mi cuenta corriente. Lo que sí que es verdad es que he perdido la poca dignidad que me quedaba…

Perdonad que esté tan ausente, pero he tenido un mes infernal. Ahora estoy disfrutando de mis segundas vacaciones de este mes, muy merecidas, eso sí… Prometo volver con ánimos renovados.

[Mood: drunk.gif Menudo fin de semanita, que ha habido fiesta de empresa y todo…]

[My iPod says: Moloko – Forever more]


En la puta cara

noviembre 29, 2007

Sé que este blog corre el peligro de convertirse en un compendio de mis aventuras y desventuras domésticas, pero lo que hay, hay. Resulta que nuestra cocina (la de cocinar, esa a la que le pones las ollas encima y se cuecen cosas y eso, no la estancia en sí -qué complicado es el español para algunas cosas-) tiene una placa protectora de cristal vitrificado encima de los fogones, que levantas para cocinar. Bueno, tenía, porque ayer me explotó en mil pedazos en la puta cara.

Con el susto que me llevé (y miles de cristalitos esparcidos por mi cocina), casi me da un algo. Se me metieron por todos lados (dentro de la camiseta, por los pantalones…) y la cocina tenía cristales en todos los rincones. De todos modos, es que no entiendo la gracia de ponerle una tapa de cristal a una cocina, con el peligro que tiene de partirse, romperse, o darse un golpe. Esta ni un golpe ni nada, estalló en mil pedazos porque sí. Estuvo fenomenal.

Sin embargo, ni si quiera me corté -en parte porque era cristal vitrificado- pero me tiré un buen rato aspirando cristalitos y quitándolos, junto con Ann O’nadada y Joserra. Así nos pasó, que al final cenamos a las tantas. Definitivamente, estoy gafado.

[Mood: bouncy.gif Pues me llevé un susto de muerte]
[My iPod says: José González – In our nature]


So sorry

noviembre 20, 2007

Llevo tres semanas o así un poco chungas. No es nada grave ni importante, son sólo un montón de pequeñas cositas que se me han acumulado. Hoy tengo cero ánimos de actualizar. Voy a volver en breve, un par de días o así, pero es que ahora mismo ni me salen cosas graciosas ni interesantes ni nada, sólo textos lloricas y plagados de un drama que no es de recibo. Así que prefiero volver en un par de días (o una semana) y con ánimos renovados.

Se me pasa pronto, lo prometo.


Farala al borde de un ataque de nervios

noviembre 6, 2007

Esta mañana el teléfono ha empezado a sonar a las 5.40, como una especie de mosca cojonera. No era el móvil, era el de casa. Yo, que duermo con la puerta cerrada a cal y canto, al principio no me estaba ni enterando, y después ya he abierto el ojo tan corriendo como he podido para cogerlo a tiempo. Ni de broma, ha sido imposible. Preocupado he mirado el número y ni me sonaba de ninguno de mis amigos ni nada. De repente me he acordado… «claro, que Ann tiene que ir al aeropuerto y anoche pidió un taxi». Mi momento de pánico ha llegado cuando me he percatado de que en casa no había el menor ruido. «Uy, qué raro. ¿No se habrá quedado dormido?» Me he dirigido a su cuarto y efectivamente, ahí estaba durmiendo plácidamente. En ese instante ha sonado el portero, era el taxista, que le estaba esperando abajo. A partir de ahí ya os podéis imaginar la situación de vístetefolladoybajaya que hemos vivido en casa.

En otro orden de cosas, mañana es el día que iré a la tele a ver qué tal, ya os contaré. La verdad es que estoy un poco cagado y lo que es peor: ayer me llamaron los estilistas del programa y me dijeron que por favor no vaya de blanco, que el plató es muy oscuro y los blancos reflectan demasiado. A mí casi me da algo porque yo iba a ir con una camisa blanca de flores negras preciosa que tengo, pero claro, ahora ya nada. Así que ahí estoy hunting un buen estilismo para ir guapo. Piscu dice que me ponga la corbata de 8bits, pero yo tengo mis serias dudas, y Flat y Ann también. Y es que, para bien o para mal, seré el tonto de la corbata mucho tiempo, gane o no gane. Seré el tonto de la corbata que ganó 100.000 euros o el tonto de la corbata que no se llevó un duro. Un estrés. Así que a ver si hoy voy de compras y encuentro algo que me guste, porque de lo contrario voy a fibrilar.

Así que mañana tengo el día libre para dedicar la mañana a mí mismo y la tarde a salir (quizá sí, quizá no) en la tele. Estoy un poco nervioso atacado, así que lo mismo con la tontería termino poniéndome enfermo de los nervios. De momento el que se está rebelando contra mí es mi estómago, que los nervios se me agarran ahí y no hay quién los suelte. A esto no ayuda que el mismo jueves entreviste a Guille Milkyway, que yo sé que es una persona muy simpática y eso, pero me da un poco de respeto porque, como bien sabéis, soy muy fan.

[Mood: bouncy.gif Expectación]
[My iPod says: No estoy para musiquitas, la verdad]


La rebelión de los calcetines

octubre 16, 2007

Mis calcetines han decidido ponerse en huelga. No es que se hayan escondido ni nada por el estilo, es que a todos les ha dado por estropearse en el mismo momento. Así que de repente me he encontrado con unos siete pares de calcetines a los que les ha salido un tomatón. Lo peor de esto es que ha sido un día tras otro: según me iba quitando unos y tirándolos a la basura, se rompían los siguientes. He llegado a tener la impresión de que eran las zapatillas las que los rompían pero no. Resulta que otros no se han roto. Pues vaya.

El caso es ese, que tengo que ir urgentemente a comprar más. Y no es que sea especialmente quisquilloso con este tema, pero a mí los calcetines sin colorinchis, estrellas de colores o motivos fantasía, no me gustan. Un día Flat dijo en casa que ya estaba bien de tanto colorinchi en mi ropa, que el tendedero parecía un arcoiris, pero es que no lo puedo evitar.

Para coronar la desgracia esta de los calcetines (la mitad de ellos reposan ahora en los confines del Vertedero de São Paulo, probablemente) esta mañana me he despertado tarde y he tenido que correr hacia el trabajo, llegando con cuarenta minutos de dilación. Una mierda, tengo que dejar de ver SuperPomelo 2007, porque los lunes me levanta como zombi. Pero como Judit sigue haciendo el show ese que hace siempre y no para de decir fuertísimo (sic.) a diestro y siniestro, en casa no podemos evitar verlo y descojonarnos de ella en su puta cara. Televisión mediante, se entiende.

Pues nada, esta tarde iré a ver si hago acopio de calcetines, porque encontrar de repente una merma de siete pares en tu colección es un verdadero disgusto, os lo digo yo. Por suerte tengo casi dos decenas y no ha habido problema de quedarme sin, pero como sigan rebelándose, la cosa va a ir muy malamente.

[Mood: bouncy.gif Jo, qué sueño]
[My iPod says: Regret – Damills (Desde ayer no puedo dejar de escuchar este tema)]


Leyes de la Justicia Infinita

octubre 4, 2007

Hay una serie de leyes en el mundo que conforman lo que denominaríamos como las «Leyes de la Justicia Infinita». Su valor y su poder es, fundamentalmente, mantener el equilibrio cósmico y no permitir que haya ningún tipo de desbarajuste en el Universo, para que todo pueda fluir convenientemente y no nos enfrentemos a un big bang de similares características al que nos trajo al mundo.

Y aquí tenéis una relación de las que a mí más me influyen:

1. Sean cuales sean tus ingresos, a final de mes tu cuenta corriente marcará CERO (o menos algo).

2. Cuanto más cerca vivas de él, más tarde llegarás al trabajo.

3. El tiempo que te pasas esperando una respuesta a un mensaje o a una llamada, es directamente proporcional a lo que lo necesitas o deseas en ese momento.

4. Cuando compres algo rico al hacer la compra, el tiempo que tardará en desaparecer es inversamente proporcional a lo que te apetece comértelo.

5. Da igual a qué hora te levantes para ir al trabajo: siempre te las apañarás para prepararte a una velocidad determinada que te hará llegar tarde, aunque hayas empezado dos horas antes.

6. Lo desordenada y cochina que esté tu casa es directamente proporcional a lo importante que es la visita que está entrando por la puerta en ese momento.

7. Cuando esperas a alguien que llega tarde, da igual lo mucho que intentes no mirar al reloj, siempre que consultes la hora será la misma.

8. Los metros cierran sus puertas en el momento justo en el que, sofocado de tanto correr, pones un pie en el andén.

9. Si te pones malo, normalmente será durante el fin de semana, y para el lunes ya estarás hecho un toro. Si te pones malo durante la semana, lo normal es que tu enfermedad se alargue para pegarle un buen mordisco al fin de semana.

10. Siempre que te encuentres con alguien a quien sólo deseas ver cuando estás especialmente espectacular, irás hecho unos zorros. Eso sí que es ley de vida, y de justicia infinita.

[Mood: bouncy.gif Ya me han recetado unos colirios y unas cosas, y estoy infinitamente mejor]
[My iPod says: Rufus Wainwright – Tiergarten]